Hoy hemos tenido un día de calor, la verdad hace no sé
cuánto tiempo lo sufrimos. Un calor que me confunde el realismo mágico en la piel.
No sé si estoy en Macondo, o soy la Rosario de Santa
Mónica de los Venados.
Me he perdido en la imposición de un trópico.
El calor tiene algo particular, al aplastamiento físico
le unta sensualidades y deseos.
Aromas de jazmines y plumarias se derraman en la humedad; una ilusión frutal en las ansias de una brisa. Retornos al
Edén.
El verano, amigos, es castigo y premio renovado, molicie
y regocijo.
6 comentarios:
El calor baja la velocidad de los actos y los pensamientos.. es como que todo cuesta el doble hacer cualquier cosa, incluso pensar en hacer algo... En este lado del mundo es invierno, los días son más cortos, pero da menos pereza ;)
Esta entrada me abofetea como no tienes idea jajjaja. Me ha costado mucho tratar de llegar a buenos términos con el Verano y sus calurosos días. Intento, con mucho esfuerzo, verle el lado positivo: "Que son tardes de estar en casa, que hay mucha luz solar, que la gente anda alegre, que me puedo bañar con agua fría sin problemas, que me puedo acostar más tarde, que es buena excusa para tomar helado y hasta que no necesito secador para el cabello" pero la verdad, a momento, todas esas razones me parecen un autoengaño. Simplemente no tolero el calor, me pone lánguida, torpe, me dan dolores de cabeza, me siento cansada todo el día, me quita el ánimo de hacer cosas y hasta me pone menos creativa. Soy una persona Invernal al 100%, el frío me activa, me inspira, me conecta con las fibras más profundas. Amo las lluvias, los vientos, el aroma a hierba húmeda y a mañanas frescas. Esta época del año, sin duda, me pone un poco nostálgica, así que te entiendo completamente. De todas formas, sigo tratando de llegar a términos lindos. Admito que no me puedo quejar porque la he pasado muy bien este mes. Ha estado lleno de juegos, de risas, de series, de aventuras y de relajo. Quizás sólo depende de cómo queremos vivir esto.
Saludos.
Es verdad Besuséant. Todo cuesta el doble con calor. Me encantaría estar en invierno. Gracias por tu visita
Ja ja, kadannek. Me pasa lo mismo que a vos. Soy una criatura de invierno. Adoro el otoño. Su luz, el ritmo con que tiñe las actividades. Pero en invierno, cuanto más frío, mejor. Adoro sentir el viento frío sobre la cara. El verano me plantea el dilema de la belleza de la naturaleza enfrentada a mi estado físico, deplorable. El calor me agota.
Aquí ahora en Europa hace frío, sin embargo me llegaron tus palabras con gran bocanada de calor... es cierto que aplana, aunque ese aroma de jazmín lo compensará con creces... Cada época tiene su encanto...
Mil gracias por tu visita y tus comentarios, un placer!
Aquí es invierno, supuestamente, y el viernes tuvimos 34 grados... Luego dicen que el cambio climático no existe, que se lo han inventado. En fin. A mí también me ralentiza el calor. Un abrazo.
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